Retiro
Espiritual para Jóvenes Adventistas
“Escogidos
para vencer”
Distrito
Arica Norte
Valle
de Azapa (Km. 29) – 8 de noviembre de 2014
“Vi
que la apariencia exterior es un índice de lo que hay en el corazón”.[2]
“El vestido y
su arreglo en la persona son generalmente el índice de lo que es el hombre o la
mujer”.[3]
“Juzgamos el
carácter de una persona por el estilo del vestido que lleva”.[4]
“Sigan
las costumbres en el vestido mientras estén de acuerdo con los principios de
salud. Vístanse nuestras hermanas sencillamente, como muchas lo hacen, que el
vestido sea de material bueno y durable, apropiado para esta edad y que la
cuestión del vestido no llene la mente. Nuestras hermanas debieran vestirse con
sencillez. Debieran vestirse con una ropa modesta, con pudor y sobriedad…
“Si
el mundo introduce una moda recatada, conveniente y saludable, que esté de
acuerdo con la Biblia, no cambiará nuestra relación con Dios o con el mundo el
adoptar tal estilo de vestido. Los cristianos debieran seguir a Cristo y hacer
sus vestidos conforme a la Palabra de Dios. Debieran evitar los extremos”.[5]
“No
ocupéis vuestro tiempo esforzándoos por seguir todas las necias modas del
vestido. Vestíos pulcra y atractivamente, pero no os convirtáis en el objeto de
observaciones ya sea por estar demasiado ataviados o por vestiros de una forma
descuidada y desaseada. Proceded como si supierais que el ojo del cielo está
sobre vosotros y que vivís bajo la aprobación o desaprobación de Dios”.[6]
2. Instrucciones
bíblicas
1 Corintios 10: 31:
“Si,
pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.
“En el vestido, lo mismo que en todas las demás cosas, tenemos el privilegio de honrar a nuestro Creador. El no sólo desea que nuestro vestido sea limpio y saludable, sino apropiado
y decoroso”.[7]
1 Timoteo 2: 9, 10: “Asimismo
que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con
peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas
obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad”.
“Dios
pide a los jóvenes que se priven de ornamentos y artículos de vestimenta
innecesarios, aún cuando cuesten muy poco”.[8]
1 Pedro 3:3-5: “Vuestro
atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro, o de
vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato
de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.
Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres”.
“La
extravagancia en el vestir aumenta constantemente. Y no se ha llegado aún al
fin. La moda cambia a cada momento y nuestras hermanas la siguen, sin reparar
en el gasto de tiempo y dinero”.[9]
Mateo
6: 28, 29: “Y
por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo
crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su
gloria se vistió así como uno de ellos”.
“La abnegación en el vestir es parte de
nuestro deber cristiano. El vestir sencillamente y abstenerse de ostentar joyas
y adornos de toda clase está de acuerdo con nuestra fe”.[10]
Números
15: 38-40: “Habla
a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus
vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un cordón
de azul. Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos
los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra… y seáis santos a vuestro
Dios”.
“En
este pasaje Dios expresamente ordenó un arreglo sencillo de vestir para los
hijos de Israel a fin de distinguirlos de las naciones idólatras que los
rodeaban”.[11]
“En el servicio del tabernáculo, Dios explicó todo detalle concerniente
a las vestiduras de los que ministraban delante de él. Esto nos enseña que él
tiene una preferencia con respecto a la indumentaria de los que le sirven. Fueron muy específicas las
instrucciones dadas acerca de las vestiduras de Aarón, porque eran simbólicas. Así
la indumentaria de los que siguen a Cristo, debe ser simbólica. En todas las
cosas hemos de ser representantes de él”.[12]
3. La
influencia de la moda en el vestido
“Vi
que algunos profesos observadores del sábado pasaban horas que eran más que
perdidas estudiando esta o aquella moda para adornar su pobre cuerpo mortal”.[13]
“Los
primeros y principales pensamientos de la gran mayoría, especialmente de las
mujeres, se dedican a la ostentación. El amor a la indumentaria y los placeres
está destruyendo la felicidad de millares. Y algunos de los que profesan amar y
guardar los mandamientos de Dios imitan a esa clase de personas”.[14]
“El
amor al vestido hace peligrar la moralidad… Los vestidos llamativos y
extravagantes con frecuencia estimulan la concupiscencia en el corazón de
quienes los usan y despiertan pasiones bajas en las mentes de quienes los
contemplan. Dios ve que la ruina del carácter con frecuencia está precedida por
la complacencia del egoísmo y la vanidad en el vestir”.[15]
“Se
me llamó la atención al antiguo pueblo de Dios y se me dijo que comparara su
vestimenta con la moda imperante en estos últimos días… En estos últimos días
las modas son vergonzosas e inmodestas”.[16]
“Muchos
se visten como el mundo… Sus palabras, su indumentaria y sus acciones deben
hablar en favor de Dios. Entonces ejercerán una influencia santa sobre todos
los que los rodeen, y aun los incrédulos conocerán que han estado con Jesús. Si
alguno quiere que su influencia se ejerza en favor de la verdad, viva de
acuerdo con lo que profesa e imite así al humilde Modelo”.[17]
4. La
vestimenta en el sábado
“Se
me ha mostrado especialmente que los que profesan presentar la verdad debieran
tener cuidado especial en presentarse delante de Dios el sábado de una manera
que revelara su respeto hacia el Creador que ha santificado y colocado honor
especial en aquel día”.[18]
“Muchos
necesitan instrucción en cuanto a cómo deben presentarse en la asamblea para
adorar en sábado. No han de entrar en la presencia de Dios con las ropas que
llevan comúnmente durante la semana. Todos deben tener un traje especial para
el sábado, para llevarlo cuando asisten al culto en la casa de Dios. Aunque no
debemos conformarnos a las modas mundanales, no debemos ser indiferentes acerca
de nuestra apariencia exterior. Debemos ser aseados y estar bien arreglados,
aunque sin adornos. Los hijos de Dios deben ser limpios en su interior y
exterior”.[19]
5. Lo
que realmente debería preocuparnos
“Para
proteger al pueblo de la influencia corruptora del mundo, así como para
promover la salud física y moral, se introdujo la reforma en el vestido…
Distinguiría al pueblo de Dios del resto del mundo y así serviría como barrera contra
sus modas y futilidades”.[20]
“Algunos
tratan la reforma de la vestimenta con gran indiferencia y otros con desprecio…
[Esta reforma] es justamente lo que necesitamos para distinguir y separar del
mundo al pueblo de Dios que observa los mandamientos. La reforma de la
vestimenta armoniza con nosotros así como lo hacía la cinta azul con el antiguo
Israel”.[21]
“Si
cambia el corazón carnal… todo el amor al vestido y a las apariencias habrá
desaparecido. El tiempo que pasáis delante del espejo, arreglando vuestro
cabello para que agrade al ojo, será dedicado a la oración y al escudriñamiento
del corazón. En el corazón santificado no habrá cabida para el atavío exterior,
sino una búsqueda ferviente y ansiosa del adorno interior”.[22]
[1] Compilación de Testimonios del
espíritu de profecía acerca de la indumentaria cristiana realizada por Víctor Jofré Araya (2014), Magíster © en Educación
Religiosa. Actualmente se desempeña como Inspector General del Colegio
Adventista de Arica.
[5] Testimonios para la Iglesia, tomo 1, p.
458, 459.
[6] Manuscrito 53, 1912.
[8] Testimonios para la Iglesia, tomo 4, p.
502.
[10] Testimonios para la Iglesia, tomo 3, p.
404.
[14] Testimonios para la Iglesia, tomo 3, p.
404.
[17] Testimonios para la Iglesia, tomo 1, p.
174.
[18] Testimonios para la Iglesia, tomo 1, p.
249.
[19] Joyas de los Testimonios, tomo 3, p. 21.
[20] Testimonios para la Iglesia, tomo 4, p.
627.
[21] Testimonios para la Iglesia, tomo 3, p.
191.
[22] Testimonios para la Iglesia, tomo 1, p.
152.
4 comentarios:
Hola profe, primero que todo, no estoy de acuerdo con este artículo, al menos no completamente. Porque me molesta el hecho de que se relacione nuestra manera de vestir con lo que somos en nuestro interior. No encuentro que esté mal el hecho de que nos queramos ver bien en el exterior, no todos lo hacen para los demás, hay personas que se visten de cierta manera para sentirse bien con ellos mismos y no llorar y sentirse mal cada vez que se ven al espejo. Todo lo relacionan a la lujuria o al prejuicio. Tuve la experiencia de ir a un centro de salud laico, y ahí me exigían vestirme y llevar cierto tipo de ropa específico, todo era relacionado a la imagen exterior. Si es por imagen exterior, entonces el texto mismo se contradice porque aún queriendo demostrar ser más "humildes" con su ropa, siguen pensando en el "qué dirá" la sociedad. Aparentando ser muchas veces lo que no son. También en ese centro de salud conocí a un chico que tenía alrededor de 30 años y con seguridad digo que demostraba 20 años con su inmadurez o lo superficial que podría llegar a ser. Poniendo ese caso, no creo que la vestimenta influya en nuestro ser, y lo que somos.
Helen Fuentealba 4to medio A
No estoy de acuerdo con este artículo, la ropa no posee género aunque para decidir qué es lo de un hombre o lo de una mujer. El valor de las personas no viene por cómo se vistan, como dice la biblia “todos somos valiosos”. Que una mujer u hombre se vista de manera provocativa o llamativa quiere decir que tenemos el derecho para juzgarla o “despertar pasiones”, somos seres inteligentes que sabemos controlar nuestros “deseos” de inmadurez. En mi experiencia, en las iglesias que iba la gente juzgaba mucho la ropa con la que uno iba. Sería muy contradictorio hablar sobre no preocuparse las vestimentas y ser ellos mismos quien se preocupa en que llevar y que llevan los demás
Marcela Zamora
4to medio A
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