Mi talento, mi ministerio
Aunque pequeño, el puerto marítimo de Jope estaba bien fortificado y era
muy importante y requerido desde muy antiguo.[2] Sin
embargo, la vida alegre en las calles de este puerto a orillas del
Mediterráneo, continuamente se veía nublada por noticias de naufragios y
muertes producidas por los fuertes vientos que afectaban sus costas. La
tormenta que sufrieron el profeta Jonás y sus compañeros de viaje luego de
zarpar de Jope nos refleja un poco aquella cruda realidad que era muy común
para los habitantes de este famoso puerto (cf. Jonás 1: 4-6). Producto
de aquellas inclemencias del tiempo, muchos marineros perdían la vida y esto
resultaba en que muchas viudas y huérfanos podían verse de vez en cuando
solicitando ayuda a los pocos pobladores que habitaban aquella ciudad-puerto. Se
estima que en los tiempos del Antiguo Testamento, Jope, como otras ciudades y
pueblos de Palestina, no superaban los dos mil o tres mil habitantes.[3]
La llegada del evangelio a las costas del Mediterráneo[4] y,
en especial, a este puerto palestino, debió transformarse en una fuente de
esperanza para sus habitantes, de manera especial para las desesperanzadas
viudas y sus huérfanos. Vivir en un puerto inseguro producía en algunas
familias miseria, pérdidas materiales e, incluso, irrecuperables pérdidas
personales. Entre los habitantes de este puerto que fueron alcanzados por el
evangelio de salvación se encontraba una mujer, una fabricante y tejedora de
túnicas, vestidos y sobre-túnicas, una costurera que contaba con los
suficientes recursos financieros que la empresa textil a la cual se dedicaba le
proveía. Su casa estaba ubicada en algún lugar de privilegio en el centro de la
ciudad, donde sobresalían las viviendas de dos pisos (como la que ella tenía)
cuyas calzadas le dirigían directamente al centro portuario desde donde podía
exportar sus creaciones a distintos puntos de la costa mediterránea. Sin lugar
a dudas, sus tejidos eran lucidos por los personajes más destacados de la
sociedad mediterránea de sus días. Esta mujer era de origen judío. Los textos
arameos más antiguos le llaman Tabyetha, que traducido es Gacela, un nombre muy
femenino para la época. Nosotros la conocemos como Tabita o, quizás mejor, como
Dorcas.[5]
Dorcas, la discípula amada
El testimonio que el médico-misionero Lucas nos presenta en el libro de
los Hechos de los Apóstoles nos informa que Dorcas era reconocida en la
comunidad de la iglesia del puerto como “discípula” (mathetria, Hechos
9: 36). De hecho, esta es la única vez que se le llama discípula a una mujer en
todo el Nuevo Testamento. No sabemos si estaba casada o no. Tampoco conocemos
la edad que tenía al momento en que su historia fue registrada por Lucas.
Quizás por la fama que había alcanzado haya sido una persona de edad madura.
Tal vez perdió a su esposo en una de las tantas tormentas en las costas de
Jope. Fuere como fuere, esta digna “seguidora de Jesús” (Hechos 9: 36, TLA) muy
rápidamente comprendió el aspecto práctico del cristianismo. Sus buenas obras y
actos de bondad le habían conquistado el extenso afecto de su comunidad. Era
gran amiga, auxiliadora y benefactora de los pobres. Quien quiera que le haya
dado a conocer a Dorcas las enseñanzas de Jesús, seguramente le enseñó las
palabras del Maestro cuando dijo:
“Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les
podréis hacer bien” (Marcos 14: 7, RVR60; cf. Mateo 26:
11; Juan 12: 8).
“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de
beber… estuve desnudo, y me cubristeis” (Mateo 25: 35-36, RVR60).
Y cuando Tabita recorría las calles de Jope hasta el puerto a entregar
sus prendas para ser embarcadas en el primer navío disponible, veía a los
huérfanos y las viudas que las tempestades y las desventuras habían dejado y
recordaba las palabras de Jesús:
“De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno
de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”
(Mateo 25: 40, RVR60).
Dorcas “sabía quiénes necesitaban ropa abrigadas y quiénes simpatía, y
servía generosamente a los pobres y afligidos”.[6]Junto
con hablarles a aquellas almas dolientes del Salvador resucitado, les proveía
de abrigo y vestido con las costuras salidas de sus propias manos. También dejaba
en sus manos algunas monedas para que compraran su sustento diario. Sin duda,
Tabita no sólo abrigó la verdad del evangelio en su mente y corazón, sino que
también en sus manos y sus acciones. Estas pequeñas señales de generosidad
despertaron la admiración de parte de la iglesia y del pueblo. La inspiración
afirma de ella: “Sus hábiles dedos estaban más ocupados que su lengua”.[7]
Dorcas se transformó en una discípula amada que cumplía lo que el
apóstol Santiago enseñaría a la iglesia:
“La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre
es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y
guardarse sin mancha del mundo” (Santiago 1: 27, RVR60).
“Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del
mantenimiento de cada día, alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y
saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué
aprovecha?” (Santiago 2: 16, 17, RVR60; cf. 2: 5).
Como judía de nacimiento, Dorcas había aprendido también las palabras de
las sagradas escrituras hebreas con las cuales se habían amonestado al pueblo:
“A ninguna viuda ni huérfano afligiréis” (Éxodo 22: 22, RVR60).
“No endureceréis tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano
pobre, sino abrirás a él tu mano liberalmente […] Porque no faltarán
menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando diciendo: Abrirás tu
mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra” (Deuteronomio 15: 7,
8, 11, RVR60).
“No te niegues a hacer el bien a quien
es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo” (Proverbios 3: 27,
RVR60).
“Aprended a hacer el bien; buscad el juicio,
restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda” (Isaías
1: 17, RVR60; cf. Salmos 82: 3; Proverbios 14: 21).
“¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de
impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados,
y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los
pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no
te escondas de tu hermano?” (Isaías 58: 6, 7, RVR60).
Aún más, debían resonar en la mente de Dorcas las palabras del sabio que
describe las cualidades de la mujer virtuosa cuando indica que ella:
“Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso”
(Proverbios 31: 20, RVR60).
Dorcas era reconocida en la iglesia de Jope como una creyente que
“siempre hacía muchas buenas obras y ayudaba mucho a la gente pobre” (Hechos 9:
36, RVC) con “las limosnas que hacía” (Hechos 9: 36, RVR60). Dorcas aprendió a
hacer de su talento de fabricar indumentaria y de sus habilidades con los
textiles un ministerio de servicio entre los miembros de su iglesia y entre los
habitantes de su pueblo.
La enfermedad y posterior muerte de Dorcas fue muy sentida en la iglesia
y el puerto. En su comentario sobre este fatídico momento, el espíritu de
profecía nos indica: “A juzgar por la vida de servicio que Dorcas había vivido,
no era extraño que llorasen, y que sus cálidas lágrimas cayesen sobre el cuerpo
inanimado”.[8] Los
líderes enviaron a llamar al apóstol Pedro, que estaba en Lida, un poblado
cercano a Jope, para que le sanara. Pedro al llegar a la casa de Dorcas,
seguramente quedó deslumbrado con la suntuosidad del lugar y prontamente subió
al segundo piso de la vivienda, al aposento donde el cuerpo de Tabita había
sido puesto.[9] En
ese lugar, las viudas exhibieron a Pedro y a quienes le acompañaban las
túnicas, vestidos, mantos y demás prendas de vestir salidos de las manos y los
talleres de Dorcas los cuales les había provisto para suplir sus necesidades (cf.
Hechos 9: 39).
“Dorcas había prestado grandes servicios a la iglesia, y a Dios le
pareció bueno traerla de vuelta del país del enemigo, para que su habilidad y
energía siguieran beneficiando a otros y también para que, por esta
manifestación de su poder, la causa de Cristo fuese fortalecida”.[10]
Mi talento, mi ministerio
De esta triste, pero aleccionadora experiencia de la naciente iglesia,
podemos hoy obtener valiosas enseñanzas. La primera lección que aprendemos del
relato bíblico de la vida, muerte y resurrección de Dorcas es que Dios llama a
hombres y a mujeres para ser sus discípulos y discípulas. No debemos
conformarnos con ser alguien más en las listas de la iglesia, sino que verdaderos
seguidores del Gran Maestro Jesús. En su evangelio, el amado médico Lucas
también nos informa de otras mujeres que seguían a Jesús y que, tal como
Dorcas, le servían a él y a sus discípulos “con sus propios recursos” (cf.
Lucas 8: 1-3, RVC). Al respecto, el espíritu de profecía afirma:
“Cada verdadero discípulo nace en el
reino de Dios como misionero”.[11]
“Una persona verdaderamente convertida no puede vivir una vida inútil y
estéril”.[12]
Una segunda lección que desprendemos de la vida de Dorcas es que el
evangelio no sólo alcanza a los pobres, sino también a los que ocupan un lugar
de privilegio en la sociedad donde se desenvuelven. Dorcas es un ejemplo vívido
de esta realidad. En seguida del relato de Dorcas, Lucas nos cuenta del
encuentro de Pedro con un centurión en Cesarea quien, al igual que Dorcas, era
un hombre perteneciente a la clase social alta de su tiempo y que colaboraba
con la causa del evangelio con sus “limosnas” (cf. Hechos 9: 36, RVR60).
En tercer lugar, Dorcas nos motiva a utilizar el método de Cristo en
nuestro intento de llevar a la gente a los pies de la cruz. En su paso por las
callejuelas de Jope y en su trato desinteresado con los necesitados, Dorcas se
empeñaba en ser con los demás como Aquel que le había salvado. “Sólo el método
de Cristo será el que dará éxito para llegar a la gente. El Salvador trataba
con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mostraba simpatía,
atendía sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les decía: Seguidme”.[13]
Finalmente, la experiencia de amor y entrega de Dorcas nos enseña que
todos y todas en la iglesia hemos sido dotados por parte de Dios de dones,
diversas cualidades, habilidades, capacidades, talentos, etc., que deben ser
puestos a su servicio. Los talentos otorgados por nuestro Señor deben
transformarse en ministerios activos a favor de la iglesia y la comunidad.
Entre los distintos talentos y ministerios que podemos desarrollar en la
iglesia podemos mencionar:
1.
Conocimiento: Capacidad de estudiar y comprender la Biblia y los planes de Dios.
·
Colaborar en las clases de Escuela Sabática (niños,
jóvenes y/o adultos).
·
Colaborar en las clases bíblicas pre y
pos-bautismales para niños, jóvenes y/o adultos.
·
Colaborar en las clases de discipulado (niños,
jóvenes y/o adultos).
2.
Enseñanza: Capacidad de enseñar sobre la Biblia a los miembros de la iglesia
para que la comprendan mejor, promoviendo el crecimiento espiritual.
·
Contar historias bíblicas o misioneras en la
iglesia, campamentos, retiros espirituales, etc.
·
Exponer los temas en las clases bíblicas pre y
pos-bautismales.
·
Exponer los temas en los Grupos Pequeños.
·
Exponer temas en los distintos proyectos de la
iglesia: ferias de salud, seminarios de familia, seminarios bíblicos, escuelas
cristianas de vacaciones, vigilias, etc.
3.
Evangelismo: Capacidad de hablar sobre Jesús a quienes no lo conocen y
conducirles a aceptarlo como Salvador personal.
·
Formar parte de una pareja misionera.
·
Formar parte de un Grupo Pequeño.
·
Participar de los Proyectos Caleb.
·
Participar en las Escuelas Cristianas de
Vacaciones.
·
Participar e invitar amigos para los programas de
evangelismo de la iglesia: Semana Santa, Semanas de Oración, Semanas de Énfasis
Espiritual, Campañas de Evangelismo.
4.
Hospitalidad: Capacidad de acoger al desamparado o necesitado, haciendo que cada
persona se sienta cómoda y apreciada.
·
Ofrecer la casa (o dependencia) para realizar
Grupos Pequeños.
·
Ofrecer la casa (o dependencia) para hospedar a
amigos, familiares y/o miembros de la iglesia.
·
Formar parte del equipo de recepción de la iglesia
o de su Grupo Pequeño.
·
Participar de las campañas de recolección y/o
entrega de dinero, alimentos, ropas, juguetes, etc.
5.
Oración /
Intercesión: Capacidad de dedicar gran parte del tiempo a
la oración por las necesidades de los demás.
·
Dedicar tiempo específico del día para orar por los
líderes, hermanos y hermanas de iglesia, por los interesados, por familiares y
vecinos, etc.
·
Dedicar tiempo específico del día para orar por los
proyectos y/o programas de la iglesia a nivel local y global.
·
Formar, participar y/o colaborar en los Grupos de
Oración de la iglesia.
·
Participar del Proyecto “Compañero de Oración” o
alguno semejante.
6.
Liberalidad: Capacidad para ofrendar y entregar donativos con alegría y
regularidad a fin de suplir las necesidades de la iglesia.
·
Ofrendar una cantidad regular para los proyectos de
la iglesia.
·
Formar, participar y/o colaborar en los proyectos
sociales de la iglesia y de la comunidad.
·
Donar con regularidad dinero, alimentos, ropas,
etc., a familias necesitadas de la iglesia y de la comunidad.
·
Donar dinero y/o materiales para los proyectos de
construcción y/o infraestructura de la iglesia.
·
Donar dinero y/o materiales para los proyectos de
evangelismo de iglesia.
7.
Liderazgo /
Administración: Capacidad de liderar a personas en proyectos
y/o programas de la iglesia o de la comunidad.
·
Liderar Grupos Pequeños y/o otros grupos de estudio
de la Biblia.
·
Liderar y/o colaborar en la organización de los
distintos programas y/o proyectos de la iglesia.
·
Liderar y/o colaborar en las actividades de los
distintos Departamentos de la iglesia.
8.
Misionero: Capacidad de llevar el mensaje de salvación a personas, lugares y
circunstancias diferentes.
·
Distribuir regularmente en su comunidad Biblias,
folletos, revistas y/o libros misioneros.
·
Visitar en sus casas a amigos y/o conocidos
interesados o alejados.
·
Visitar cárceles, hospitales, asilos, hogares
de niños, etc., para llevar un mensaje de esperanza a otros.
·
Estudiar la Biblia con amigos o interesados en sus
casas.
·
Compartir el evangelio a través de la música, las
publicaciones, la salud, la educación, etc.
9.
Predicación: Capacidad de transmitir el mensaje de la Biblia de una manera
clara que lleve a decisiones.
·
Formar parte del equipo de predicadores de la
iglesia o grupo.
·
Predicar en los distintos cultos de la iglesia.
·
Predicar en los distintos proyectos y/o programas
de evangelismo de la iglesia.
Nuestro talento debe ser también nuestro ministerio. Dorcas lo sabía muy
bien.
Bibliografía (citada y consultada)
Douglas, J. D. (Ed.). Nuevo Diccionario Bíblico. Colorado
Springs, Colorado: Ediciones Certeza, 1997.
Edersheim, Alfred. Usos y costumbres de los judíos en los
tiempos de Cristo. Terrassa, Barcelona: Editorial Clie, 1990.
Horn, Siegfried H. Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo
Día. Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995.
Nichol, Francis D. (Red.). Comentario Bíblico Adventista del
Séptimo Día. 7 volúmenes. Buenos Aires: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 1992.
Vine, W. E. Diccionario expositivo de palabras del Nuevo
Testamento. 4 volúmenes. Terrassa, Barcelona: Editorial Clie, 1984.
White, Elena G. de. El Deseado de todas las gentes. Buenos
Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2014.
White, Elena G. de. El ministerio de curación. Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 2014.
White, Elena G. de. Los Hechos de los Apóstoles. Buenos
Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2014.
White, Elena G. de. Palabras de vida del Gran Maestro. Buenos
Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2014.
White, Elena G. de. Testimonios para la Iglesia, tomo 5.
Florida: Asociación Publicadora Interamericana, 2008.
Wight, Fred H. Usos y costumbres de las tierras bíblicas.
Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 1997.
[2] Jope fue el principal y único puerto natural de Israel y una de
las áreas portuarias más activas en el mundo de los tiempos bíblicos. El nombre Jope aparece por primera vez mencionado en
textos cuneiformes de Ebla del período prepatriarcal, y aparece en las Cartas
de Amarna, en una lista de ciudades que Tutmosis III, faraón de Egipto, capturó
en el s. XV a.C. Estrabón, historiador griego del s. I d.C., es el primero que
asocia a Jope con la leyenda de Andrómeda atada a una roca.
Como era el único puerto entre
Egipto y el cordón del Carmelo, era de gran importancia para el interior de
Palestina. Ya muy temprano, Jope estaba en el límite del
territorio de Dan, aunque no se puede precisar si formaba parte de él (Josué
19: 40, 41, 46). Sin embargo, en Jueces 5: 17 se relaciona a Dan con naves, lo
que puede indicar que los danitas en realidad controlaban este puerto
marítimo. Estaba a unos 55 km al noroeste de Jerusalén. Los cedros del
Líbano que se usaron en la construcción del templo
de Salomón (2 Crónicas 2: 16) y en su reconstrucción por Zorobabel (Esdras 3:
7) entraron a Palestina por este puerto del Mediterráneo. Jope fue puesta bajo
control judío por primera vez por los macabeos, comandados por Simón, cuando un
grupo de judíos se establecieron en la ciudad, ampliaron su puerto y reforzaron
sus fortificaciones (cf. 1 Macabeos 10: 74, 75; 12: 33, 34; 13: 11; 14:
5, 34).
Jaffa, como se conoce a Jope
actualmente, está ubicada aproximadamente a 48 km al sur de Cesarea. La
población actual de Jaffa es de cerca de 60.000 personas. La mayoría de la
población de Jaffa es judía (principalmente de otros países del Medio Oriente y
del Norte de África). También tiene una gran cantidad de árabes cristianos y
musulmanes.
[3] Alfred, Edersheim, Usos y costumbres de los judíos en los
tiempos de Cristo, Terrassa, Barcelona: Editorial Clie, 1990, p. 107, 108.
[4] De acuerdo a Hechos 8: 40, fue el apóstol Felipe quién predicó el
evangelio en la costa de Palestina desde Azoto “en todas la ciudades, hasta que
llegó a Cesarea”, lo cual seguramente incluyó a Jope (donde vivía Dorcas), Lida
(donde se encontraba predicando el apóstol Pedro, cf. Hechos 9:
32-35, 38), Sarón y otras ciudades de la costa mediterránea.
[6] Elena G. de White, Los Hechos de los Apóstoles, Buenos
Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2014, p. 108.
[7] Elena G. de White, Los Hechos de los Apóstoles, Buenos
Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2014, p. 108.
[8] Elena G. de White, Los Hechos de los Apóstoles, Buenos
Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2014, p. 108.
[9] La palabra usada para referirse a la “sala” (Hechos 9: 37, 39,
RVR60 y RVC) en la que Dorcas fue puesta al morir, significa más bien “un
cuarto del piso superior de la casa” (TLA), “un cuarto de la planta alta” (NVI,
NTV) o “un cuarto del piso alto” (DHH), una estancia alta, sala elevada o
“aposento alto” (cf. Hechos 1: 3; 20: 8). Lo señalado da a entender que
Dorcas era de una clase social acomodada que le proveía de recursos para tener
una vivienda con aposentos en un segundo piso suficientemente amplios como para
recibir a todas las personas que estuvieron con ella en su lecho, lo cual no
era común entre la gente humilde que, por lo general, tenía casas de un solo
cuarto.
[10] Elena G. de White, Los Hechos de los Apóstoles, Buenos
Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2014, p. 109.
[11] Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes,
Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2014, p. 162.
[12] Elena G. de White, Palabras de vida
del Gran Maestro, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2014,
p. 223.
[13] Elena G. de White, El ministerio de curación,
Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2014, p. 102.
3 comentarios:
grandes consejos, ahora a ponerlos en practica
Ana Sol Diaz 4 medio B
Sabiendo que toda proviene de Dios y somos mayordomos suyos y miembros de su cuerpo,Dorcas entrego todo lo que era y tenía, pues entendía perfectamente lo que es ser mayordomo (administradores).Y no tan solo de los bienes materiales sino también de los talentos que a su vez son de Dios, es decir, todo lo que hago debe ser para Gloria del Señor. Servir a otros fue lo que Dorcas hizo (y eso se transformo en su ministerio, tal cual como Jesús vino a servir, alentar, ayudar sanar). No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo. Ejemplar su ministerio, tanto así que Dios decide resucitarla y que siga bendiciendo a otros con su entrega y dadivosidad. Tenemos el ejemplo y seguramente talentos también. ¿Qué haremos?.
Sabiendo que toda proviene de Dios
es decir, todo lo que hago debe ser para Gloria del Señor.
Servir a otros fue lo que Dorcas hizo
y eso se transformo en su ministerio, tal cual como Jesús vino a servir, alentar, ayudar y sanar
Kimberly A 4mA
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