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Este blog tiene como propósito compartir con mis alumnos y amigos ideas y artículos relacionadas con el mundo de la Religión, la Psicología, la Filosofía y la Educación.

lunes, 27 de mayo de 2019

Ética en la posmodernidad


GUÍA DE AUTO-INSTRUCCIÓN
La ética en la posmodernidad
Raúl Kerbs



Nombre

Curso
4to. año medio
Fecha

Asignatura
FILOSOFÍA
Profesor
VÍCTOR JOFRÉ ARAYA

Objetivos:
·         Conocer y distinguir los conceptos de Mundo Moral, la Moral y la Ética.
·         Comprender la Moral como distintos sistemas de normas morales.
·         Comprender que la evaluación moral supone la Moral.



“Así, todo lo que queráis que los hombres os hagan, hacedlo también vosotros a ellos”
(Mateo 7: 12)



La modernidad predominó en el pensamiento occidental durante varios siglos, despojando a la moralidad de toda referencia religiosa trascendente. “¡No necesitamos a Dios!” era su proclama. Aunque la modernidad intentó crear un orden social sin tener en cuenta restricciones normativas de origen religioso, retuvo ciertos valores como el trabajo, el ahorro y la postergación de la satisfacción inmediata en favor de un beneficio a largo plazo. Aunque el origen de estos valores estaba en un punto de referencia exterior a los individuos, no era precisamente esa la preocupación de la modernidad. Su meta estaba más bien en la expresión de un deseo individual. Pero cuando el modernismo alcanzó su punto de maduración, cuando el subjetivismo destruyó el objetivismo, surgió un momento casi anárquico en la historia humana y con él una nueva moralidad individualista, festiva, centrada en el placer, anclada en el presente, ciega con respecto al pasado e indiferente con el futuro. El “ahora” era su éxtasis. Como resultado de esto, surgió un clima contrario a todo límite para la libertad individual.
Esta nueva moralidad es el centro de la ética posmoderna.

La ética posmoderna
En la base de la ética posmoderna hay una crisis de autoridad1. Esta crisis involucra las instituciones tradicionales (familia, escuela, iglesia, estado, justicia, policía) por medio de las cuales la modernidad trató de organizar una sociedad racional y progresista. Esta crisis se manifiesta de diversas maneras: la adoración de la juventud y el consentimiento de sus caprichos2; el dinero como símbolo de éxito y felicidad; una economía donde “ser” es comparar, consumir, usar y tirar; la identidad definida por las adquisiciones del mercado y no por las ideologías3. En otras palabras, la imagen domina la realidad. Ser alguien es aparecer en alguna pantalla o en un web site.4 Lo que aparece define lo que es, casi nadie se preocupa por lo que “realmente” es: la imagen pública es el nuevo objeto de adoración5.
Nuestra cultura posmoderna ha perdido el amor por la verdad.
En contraste con la ética del trabajo y el ahorro, propia de la modernidad, la ética actual afirma el valor del consumo6, el tiempo libre y el ocio7. Pero esto no podría funcionar sin la exaltación del individualismo, la devaluación de la caridad y la indiferencia hacia el bien público.8 La búsqueda de gratificación, de placer y de realización privada es el ideal supremo. La adoración de la independencia personal y de la diversidad de estilos de vida se ha transformado en algo importante. El pluralismo provee una multiplicidad de valores, con muchas opciones individuales, pero ninguna de ellas auténtica. Las diferencias ideológicas y religiosas son tratadas superficialmente como modas.9 La cultura de la libertad personal, el pasarlo bien, lo natural, el humor, la sinceridad y la libertad de expresión emergen hoy como algo sagrado.10 Lo irracional se legitima a través de los afectos, la intuición, el sentimiento, la carnalidad, la sensualidad y la creatividad.11 Todo esto ocurre en el marco de un axioma aceptado por casi todo el mundo: un mínimo de austeridad y un máximo de deseo, menos disciplina y más comprensión.12
Al mismo tiempo, los medios masivos de comunicación e información determinan la opinión pública, los modelos de conducta y de consumo. Los medios reemplazan las interpretaciones religiosas y éticas por una información puntual, directa y objetiva y colocan la realidad más allá del bien y del mal.14 Paradójicamente, la influencia de los medios aumenta cuando se produce una crisis de la comunicación. Las personas sólo hablan de sí mismas, quieren ser escuchadas, pero no quieren escuchar. Se busca una comunicación sin compromiso. De ahí la búsqueda de la participación distante, los amigos invisibles, las amistades del e-mail y del chat.15

Una nueva forma para la moral
¿Qué forma adopta la moral en el contexto sociocultural de la posmodernidad?
De acuerdo con Lipovetsky, con el surgimiento del posmodernismo a mediados del siglo veinte, ha surgido la nueva era del pos-deber. Esta era renuncia al deber absoluto en el ámbito de la ética.16 Ha aparecido una ética que proclama el derecho individual a la autonomía, a la felicidad y a la realización personal. La posmodernidad es una era de pos-deber porque descarta los valores incondicionales, como el servicio a los demás y la renuncia a uno mismo.
Sin embargo, nuestra sociedad no excluye la legislación represiva y virtuosa (contra las drogas, el aborto, la corrupción, la evasión, la pena de muerte, la protección de los niños, la higiene y la dieta saludable).17 La posmodernidad no propone un caos sino que reorienta la preocupación ética a través de un compromiso débil, efímero, con valores que no interfieren con la libertad individual: no es hedonista sino neohedonista. Esta mezcla de deber y de negación del deber en la ética posmoderna es necesaria porque el individualismo indiscriminado atentaría contra las condiciones necesarias para la búsqueda del placer y la realización individual.
Se necesita una ética que prescriba algunos deberes para controlar el individualismo sin proscribirlo: no un individualismo sino un neoindividualismo. La preocupación moral posmoderna no expresa valores sino más bien indignación contra las limitaciones a la libertad. El objeto no es la virtud sino más bien obtener respeto.(18) Se prohíbe todo aquello que podría limitar los derechos individuales. He ahí por qué la nueva moralidad puede coexistir con el consumo, el placer y la búsqueda individual de satisfacción privada. Se trata de una moral indolora, débil, donde todo vale, pero donde el deber incondicional y el sacrificio han muerto. La moral posmoderna ha dejado atrás tanto el moralismo como el antimoralismo.19
Pero todo esto resulta en una moralidad ambigua. Por un lado tenemos un individualismo sin reglas, manifestado en la exclusión social, el endeudamiento familiar, familias sin padres, padres sin familias, analfabetismo, los desposeídos, ghettos, refugiados, marginales, drogadictos, violencia, delincuencia, explotación, delitos financieros, corrupción política y económica, búsqueda inescrupulosa de poder, ingeniería genética, experimentación con seres humanos, etcétera. Por otro lado, cunde por la sociedad un espíritu de vigilancia hipermoralista listo para denunciar todos los atentados contra la libertad humana y el derecho a la autonomía individual: una preocupación ética por los derechos humanos, disculpas por los errores del pasado, protección del medio ambiente, campañas contra las drogas, el tabaco, la pornografía, el aborto, el acoso sexual, la corrupción y la discriminación; tribunales éticos, marchas de silencio, protección contra el abuso de niños, movimientos en favor de los refugiados, los pobres, el tercer mundo, etcétera. 20
En este contexto, la moralidad neohedonista de la posmodernidad se traduce en demandas que corren en direcciones opuestas. Por un lado, tenemos normas: hay que comer en forma saludable, cuidar la figura, combatir las arrugas, mantenerse delgado, valorar lo espiritual, no agitarse, hacer deportes, buscar la excelencia y controlar la violencia, entre otras cosas. Por otro lado, encontramos una promoción del placer y de la vida fácil, la exoneración de la responsabilidad moral, la exaltación del consumo y de la imagen, la valoración del cuerpo en detrimento de lo espiritual. Como resultado, hay depresión, sentimiento de vacío, soledad, falta de sentido, estrés, corrupción, violencia, indiferencia, cinismo, etcétera. 21

La moralidad posmoderna en la vida cotidiana
Para comprender cómo la moral posmoderna impacta en la vida cotidiana, consideremos dos listas que el posmodernismo nos propone: una lista de “deberes” morales y una lista de “permisos” morales:

Lista 1: Deberes morales típicos de la “ética” posmoderna:
·         No discriminar ningún estilo de vida.
·         Asistir a los conciertos de beneficio y solidaridad.
·         Marcar un número para hacer una donación.
·         Llevar una calcomanía contra el racismo.
·         Participar de una marcha contra la impunidad.
·         Correr una maratón por la vida sana.
·         Usar preservativo.
·         Prohibido prohibir (cada uno es libre de disponer de su propia vida).
·         Llevar una cinta roja contra la discriminación de los homosexuales.
·         Ser ecologista.
·         Donar los órganos.
·         Reglamentar los lugares de trabajo contra el acoso sexual.
·         Fidelidad (durante el tiempo que dura el amor, pero después...).
·         Condenar toda forma de violencia.
·         No intentar convertir a una persona a otra religión.

Lista 2: Permisos morales de la ética posmoderna:
·         Sexo libre, a condición de no acosar y de cuidarse del SIDA.
·         Es mejor ser corrupto que pasar por estúpido.
·         Fumar, pero no en los sectores para no fumadores.
·         Romper todo compromiso con una regla, persona o causa que interfiera con la realización personal.
·         Prostitución, pero sólo en la “zona roja”.
·         Mentir, pero no en época de campaña política.
·         Divorcio, pero sólo para favorecer la realización personal.
·         Infidelidad, pero sólo cuando se terminó el amor.
·         Aborto, pero sólo para realizar la planificación familiar.
·         Probar de todo para explorarse a sí mismo y descubrir todas las posibilidades de realización personal.
·         Religión “a la carta”, adaptada a los compromisos que cada uno quiera asumir.
·         Beber, pero no en exceso.
·         Cosechar éxito, fama y dinero, caiga quien caiga.
·         Pasar bien el momento, sin preocuparse por el futuro.
·         Poder pensar siempre “aquí no pasa nada”.

“Código de conciencia” de un posmoralista
La ética posmoderna no termina con estas listas ridículas y absurdas. La búsqueda posmoderna de libertad absoluta produce su propio código de conciencia. En una atmósfera de neoindividualismo, los elementos ideológicos, socioculturales y éticos se unen para crear una nueva especie de conciencia posmoderna. Esta conciencia se podría expresar mediante los siguientes “principios”:

·         No debo discriminar nada, porque hay que exhibir un look abierto y porque no hay ninguna verdad absoluta.
·         Debo donar dinero para las campañas de solidaridad porque me repugna ver niños hambrientos.
·         Debo ir a la marcha contra la impunidad para que los culpables no se salgan con la suya.
·         Debo llevar una vida sana porque mi cuerpo es mi máquina de cosechar éxitos y placeres.
·         Debo interesarme por alguna forma de religión porque me podría dar energía.
·         Debo manifestar preocupaciones por temas serios para no aparentar ser un burgués materialista y conformista.
·         No debo estar en contra de ningún estilo de vida porque todo vale y nada funciona.

Evaluación crítica: una moralidad cínica
Después de considerar todo esto, alguien podría objetar que la ética posmoderna no es totalmente perversa. En efecto, en la preocupación posmoderna por los problemas que amenazan actualmente la vida humana hay elementos rescatables. El estilo de vida saludable, el cuidado del medio ambiente, la lucha contra la violencia y la discriminación son aspectos valiosos. Además, el posmodernismo pone de manifiesto los fracasos éticos teóricos y prácticos del pasado. Pero no nos dejemos engañar. En su núcleo más íntimo, la ética posmoderna no tiene una motivación moral. En realidad, persigue la búsqueda individualista de realización y autonomía personal. Mientras que la motivación de toda ética auténtica es superar el mal con el bien, el posmodernismo está desprovisto de inspiración moral. Sólo quiere combatir el exceso del mal pero no desea erradicar el mal. Lucha contra ciertas manifestaciones del mal sin reconocer la raíz del mal. Su meta es el logro de la autonomía individual, que es justamente aquello que el concepto bíblico del pecado condena.
¿Cómo puede un sistema moral luchar contra el mal, si en su fundamento mismo hay una búsqueda del yo, lo cual es, bíblicamente hablando, la fuente del mal? ¿Es posible lograr la felicidad con el tipo de moral que defiende la posmodernidad? Si la felicidad es la búsqueda de autonomía, realización personal, satisfacción de los deseos inmediatos, control de la libertad individual excesiva, pero sin una verdadera apertura del alma al prójimo y a Dios, entonces en este tipo de moral la búsqueda de felicidad consiste en perpetuar las cosas tal como siempre han sido. Más de lo mismo: una mezcla de vida y muerte, placer y dolor, éxito y fracaso, felicidad y tristeza. Pero esto ignora lo que hay detrás de la búsqueda humana de felicidad: el deseo de otra cosa, de algo totalmente diferente, algo que suprima estas antítesis. Esto “totalmente diferente” está ausente en la búsqueda posmoderna de felicidad. La ética posmoderna se conforma con muy poco; propone una meta demasiado baja. Ella argumenta que, debido a que la moralidad tradicional, incluyendo la ética cristiana, no han mejorado al hombre, es mejor proponer una meta más baja y aceptar al hombre tal como es.
Sin embargo, esta actitud de resignación supone que el cristianismo ha sido realmente aplicado y que ha fracasado, y sobre esta base propone que debemos juzgar como agotado el potencial cristiano de hacer una contribución a la humanidad. Pero esta presuposición contradice el principio posmoderno de que no existe una verdad absoluta. “No hay verdad absoluta”, dice el posmodernismo por un lado. Sin embargo, por otro lado presume que la moral tradicional está agotada, que el hombre ya no puede ser mejorado, que un cambio radical es imposible y que debemos resignarnos. ¿Quién es capaz de saber esto y cómo puede saberlo? Pareciera que la posmodernidad se las ha arreglado para saber con seguridad algunas cosas acerca de la naturaleza humana y del futuro, conocimiento que niega las ideologías y religiones del pasado. Por eso nos parece una postura cínica que afirma (implícitamente) por un lado lo que niega (explícitamente) por el otro.

Raúl Kerbs, doctorado en filosofía por la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, enseña filosofía en la Universidad Adventista del Plata, Argentina. Email: kerbsra@infovia.com.ar

Notas y referencias
1.   Kenneth Gergen, El yo saturado. Dilemas de identidad en el mundo contemporáneo (Barcelona: Paidós, 1992) pp. 164-168.
2.   Beatriz Sarlo, Escenas de la vida posmoderna. Intelectuales, arte y videocultura en la Argentina (Buenos Aires: Ariel, 1994) pp. 38-43.
3.   Sarlo, pp. 27-33.
4.   Gilles Lipovetsky, El imperio de lo efímero (Barcelona: Anagrama, 1990), pp. 225-231.
5.   Sarlo, pp. 27-33.
6.   Lipovetsky, pp. 225-231.
7.   Gilles Lipovetsky, La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo (Barcelona: Anagrama, 1986), p. 14.
8.   Lipovetsky, El imperio de lo efímero, pp. 201, 202.
9.   Id, pp. 313-315.
10. Lipovetsky, La era del vacío, pp. 7-11.
11. Lipovetsky, El imperio de lo efímero, p. 196.
12. Lipovetsky, La era del vacío, p. 7.
13. Lipovetsky, El imperio de lo efímero, p. 251.
14. Id, pp. 256-258.
15. Id, pp. 321-324.
16. Gilles Lipovetsky, El crepúsculo del deber. La ética indolora de los nuevos tiempos democráticos (Barcelona: Anagrama, 1994), pp. 9-12, 46.
17. Lipovetsky, El crepúsculo del deber, p. 13.
18. Id, capítulos II y III.
19. Id, pp. 47-49.
20. Id, pp. 14, 15, 55, 56, 208, 209.
21. Id, pp. 55 y siguientes.

jueves, 16 de mayo de 2019

FILOSOFÍA MORAL: ÉTICA



GUÍA DE AUTO-INSTRUCCIÓN
ÉTICA



Nombre

Curso
4to. año medio
Fecha

Asignatura
FILOSOFÍA
Profesor
VÍCTOR JOFRÉ ARAYA

Objetivos:
·         Conocer y distinguir los conceptos de Mundo Moral, la Moral y la Ética.
·         Comprender la Moral como distintos sistemas de normas morales.
·         Comprender que la evaluación moral supone la Moral.



“Así, todo lo que queráis que los hombres os hagan, hacedlo también vosotros a ellos”
(Mateo 7: 12)

INTRODUCCIÓN

Se entiende por Ética la ciencia que estudia los principios o pautas que rigen la conducta humana. El término deriva del griego ethika, de ethos, y significa ‘comportamiento’, ‘costumbre’. A menudo y de forma impropia, la ética es llamada moral (del latín mores, ‘costumbre’).  A veces también es llamada filosofía moral. Esta guía se ocupa de la ética sobre todo en este último sentido y se concreta al ámbito de la civilización occidental, aunque cada cultura ha desarrollado un modelo ético propio.

1.    Investiga la diferencia principal entre ética y moral.

2.    ¿Cuál puede ser una limitación para el estudio de la conducta humana?

La ética, como una rama de la filosofía, está considerada como una ciencia normativa, porque se ocupa de las normas de la conducta humana, y para distinguirse de las ciencias formales, como las matemáticas y la lógica, y de las ciencias empíricas, como la química y la física. Las ciencias empíricas sociales, sin embargo, incluyendo la psicología, chocan en algunos puntos con los intereses de la ética ya que ambas estudian la conducta social. Por ejemplo, las ciencias sociales a menudo procuran determinar la relación entre principios éticos particulares y la conducta social, e investigar las condiciones culturales que contribuyen a la formación de esos principios.

3.    Desde la perspectiva descrita en el párrafo anterior, ¿cuáles podrían ser algunos temas importantes en el estudio de la ética? Menciona al menos cinco.

PRINCIPIOS ÉTICOS

Los filósofos han intentado determinar la bondad en la conducta de acuerdo con dos principios fundamentales:

(1) Algunos han considerado algunos tipos de conducta buenos en sí mismos; y

(2) Algunos han considerado algunos tipos de conducta buenos porque se adaptan a un modelo moral concreto.

El primero implica un valor final o summum bonum, deseable en sí mismo y no sólo como un medio para alcanzar un fin.
En la historia de la ética hay tres modelos de conducta principales, cada uno de los cuales ha sido propuesto por varios grupos o individuos como el bien más elevado: la felicidad o placer; el deber, la virtud o la obligación; y la perfección, el más completo desarrollo de las potencialidades humanas. Dependiendo del marco social, la autoridad invocada para una buena conducta es la voluntad de una deidad, el modelo de la naturaleza o el dominio de la razón. Cuando la voluntad de una deidad es la autoridad, la obediencia a los mandamientos divinos o a los textos bíblicos supone la pauta de conducta aceptada. Si el modelo de autoridad es la naturaleza, la pauta es la conformidad con las cualidades atribuidas a la naturaleza humana. Cuando rige la razón, se espera que la conducta moral resulte del pensamiento racional.

4.    ¿Qué se entiende por summum bonum? ¿Qué otros nombres recibe?

5.    Identifica y describe tu modelo y autoridad ética.

PRUDENCIA, PLACER O PODER

Algunas veces los principios elegidos no tienen especificado su valor último, en la creencia de que tal determinación es imposible. Esa filosofía ética iguala la satisfacción en la vida con prudencia, placer o poder, pero se deduce ante todo de la creencia en la doctrina ética de la realización natural humana como el bien último.
Una persona que carece de motivación para tener una preferencia puede resignarse a aceptar todas las costumbres y por ello puede elaborar una filosofía de la prudencia. Esa persona vive, de esta forma, de conformidad con la conducta moral de la época y de la sociedad.
El hedonismo es la filosofía que enseña que el bien más elevado es el placer. El hedonista tiene que decidir entre los placeres más duraderos y los placeres más intensos, si los placeres presentes tienen que ser negados en nombre de un bienestar global y si los placeres mentales son preferibles a los placeres físicos.
Una filosofía en la que el logro más elevado es el poder puede ser resultado de una competición. Como cada victoria tiende a elevar el nivel de la competición, el final lógico de una filosofía semejante es un poder ilimitado o absoluto. Los que buscan el poder pueden no aceptar las reglas éticas marcadas por la costumbre y, en cambio, conformar otras normas y regirse por otros criterios que les ayuden a obtener el triunfo. Pueden intentar convencer a los demás de que son morales en el sentido aceptado del término, para enmascarar sus deseos de conseguir poder y tener la recompensa habitual de la moralidad.

6.    ¿Qué principio (la prudencia, el placer o el poder) rige tu comportamiento moral? Explica.

7.    ¿Qué ventajas y peligros presentan los principios descritos anteriormente?

UN POCO DE HISTORIA

Desde que los hombres viven en comunidad, la regulación moral de la conducta ha sido necesaria para el bienestar colectivo. Aunque los distintos sistemas morales se establecían sobre pautas arbitrarias de conducta, evolucionaron a veces de forma irracional, a partir de la violación de tabúes o de conductas, que primero fueron hábitos y luego costumbres, o asimismo de leyes impuestas por líderes para prevenir desequilibrios en el seno de la tribu. Incluso las grandes civilizaciones clásicas egipcia y sumeria desarrollaron éticas no sistematizadas, cuyas máximas y preceptos eran impuestos por líderes seculares como Ptahhotep (Egipto) o Hammurabi (Babilonia), y estaban mezclados con una religión estricta que afectaba a la conducta de cada egipcio o cada sumerio. En la China clásica las máximas de Confucio fueron aceptadas como código moral. Para el pueblo judío los 10 mandamientos se convirtieron en su principal código moral. Los filósofos griegos, desde el siglo VI a. C. en adelante, teorizaron mucho sobre la conducta moral, lo que llevó al posterior desarrollo de la ética como una filosofía.

8.    ¿Qué otros ejemplos de códigos morales se han presentado con el correr de la historia? Menciona al menos cinco.

9.    ¿Podría la Regla de Oro de Mateo 7: 12 ser considerada un código moral? Explica.

TEMPRANA ÉTICA GRIEGA

En el siglo VI a.C. el filósofo heleno Pitágoras desarrolló una de las primeras reflexiones morales a partir de la misteriosa religión griega del orfismo. En la creencia de que la naturaleza intelectual es superior a la naturaleza sensual y que la mejor vida es la que está dedicada a la disciplina mental, fundó una orden semirreligiosa con leyes que hacían hincapié en la sencillez en el hablar, el vestir y el comer. Sus miembros ejecutaban ritos que estaban destinados a demostrar sus creencias religiosas.

10. Investiga un poco más acerca del orfismo.

En el siglo V a.C. los filósofos griegos conocidos como sofistas, que enseñaron retórica, lógica y gestión de los asuntos públicos, se mostraron escépticos en lo relativo a sistemas morales absolutos. El sofista Protágoras enseñó que el juicio humano es subjetivo y que la percepción de cada uno sólo es válida para uno mismo. Gorgias llegó incluso al extremo de afirmar que nada existe, pues si algo existiera los seres humanos no podrían conocerlo; y que si llegaban a conocerlo no podrían comunicar ese conocimiento. Otros sofistas, como Trasímaco, creían que la fuerza hace el derecho. Sócrates se opuso a los sofistas. Su posición filosófica, representada en los diálogos de su discípulo Platón, puede resumirse de la siguiente manera: la virtud es conocimiento; la gente será virtuosa si sabe lo que es la virtud, y el vicio, o el mal, es fruto de la ignorancia. Así, según Sócrates, la educación como aquello que constituye la virtud puede conseguir que la gente sea y actúe conforme a la moral.

11. Con ayuda de la literatura disponible, complementa el pensamiento ético de los sofistas.

ESCUELAS GRIEGAS DE ÉTICA

La mayoría de las escuelas de filosofía moral griegas posteriores surgieron de las enseñanzas de Sócrates. Cuatro de estas escuelas fueron creadas por sus discípulos inmediatos: los cínicos, los cirenaicos, los megáricos (escuela fundada por Euclides de Megara) y los platónicos.
Los cínicos, en especial el filósofo Antístenes, afirmaban que la esencia de la virtud, el bien único, es el autocontrol, y que esto se puede inculcar. Los cínicos despreciaban el placer, que consideraban el mal si era aceptado como una guía de conducta. Juzgaban todo orgullo como un vicio, incluyendo el orgullo en la apariencia, o limpieza. Se cuenta que Sócrates dijo a Antístenes: “Puedo ver tu orgullo a través de los agujeros de tu capa”.
Los cirenaicos, sobre todo Aristipo de Cirene, eran hedonistas y creían que el placer era el bien mayor (en tanto en cuanto no dominara la vida de cada uno), que ningún tipo de placer es superior a otro y, por ello, que sólo es mensurable en grado y duración.
Los megáricos, seguidores de Euclides, propusieron que aunque el bien puede ser llamado sabiduría, Dios o razón, es ‘uno’ y que el Bien es el secreto final del Universo que sólo puede ser revelado mediante el estudio lógico.
Según Platón, creador de la escuela platónica, el bien es un elemento esencial de la realidad. El mal no existe en sí mismo, sino como reflejo imperfecto de lo real, que es el bien. En sus Diálogos (primera mitad del siglo IV a.C.) mantiene que la virtud humana descansa en la aptitud de una persona para llevar a cabo su propia función en el mundo. El alma humana está compuesta por tres elementos —el intelecto, la voluntad y la emoción— cada uno de los cuales posee una virtud específica en la persona buena y juega un papel específico. La virtud del intelecto es la sabiduría, o el conocimiento de los fines de la vida; la de la voluntad es el valor, la capacidad de actuar, y la de las emociones es la templanza, o el autocontrol.
La virtud última, la justicia, es la relación armoniosa entre todas las demás, cuando cada parte del alma cumple su tarea apropiada y guarda el lugar que le corresponde. Platón mantenía que el intelecto ha de ser el soberano, la voluntad figuraría en segundo lugar y las emociones en el tercer estrato, sujetas al intelecto y a la voluntad. La persona justa, cuya vida está guiada por este orden, es por lo tanto una persona buena.
Aristóteles, discípulo de Platón, consideraba la felicidad como la meta de la vida. En su principal obra sobre esta materia, Ética a Nicómaco (finales del siglo IV a.C.), definió la felicidad como una actividad que concuerda con la naturaleza específica de la humanidad; el placer acompaña a esta actividad, pero no es su fin primordial. La felicidad resulta del único atributo humano de la razón, y funciona en armonía con las facultades humanas.
Aristóteles mantenía que las virtudes son en esencia un conjunto de buenos hábitos y que para alcanzar la felicidad una persona ha de desarrollar dos tipos de hábitos: los de la actividad mental, como el del conocimiento, que conduce a la más alta actividad humana, la contemplación, y aquéllos de la emoción práctica y la emoción, como el valor.
Las virtudes morales son hábitos de acción que se ajustan al término medio, el principio de moderación, y han de ser flexibles debido a las diferencias entre la gente y a otros factores condicionantes. Por ejemplo, lo que uno puede comer depende del tamaño, la edad y la ocupación. En general, Aristóteles define el término medio como el estado virtuoso entre los dos extremos de exceso e insuficiencia; así, la generosidad, una virtud, es el punto medio entre el despilfarro y la tacañería.
Para Aristóteles, las virtudes intelectuales y morales son sólo medios destinados a la consecución de la felicidad, que es el resultado de la plena realización del potencial humano.

12. ¿Cuál es el principal pensamiento moral de Sócrates? Investiga.

13. Realiza un cuadro comparativo de las escuelas morales griegas derivadas del pensamiento de Sócrates.

ESCUELAS GRECO-ROMANAS DE ÉTICA: ESTOICISMO

La filosofía del estoicismo se desarrolló en torno al 300 a.C. durante los periodos helenístico y romano. En Grecia los principales filósofos estoicos fueron Zenón de Citio, Cleantes y Crisipo de Soli. En Roma el estoicismo resultó ser la más popular de las filosofías griegas y Cicerón fue, entre los romanos ilustres, uno de los que cayó bajo su influencia. Sus principales representantes durante el periodo romano fueron el filósofo griego Epicteto y el emperador y pensador romano Marco Aurelio. Según los estoicos, la naturaleza es ordenada y racional, y sólo puede ser buena una vida llevada en armonía con la naturaleza. Los filósofos estoicos, sin embargo, también se mostraban de acuerdo en que como la vida está influenciada por circunstancias materiales el individuo tendría que intentar ser todo lo independiente posible de tales condicionamientos. La práctica de algunas virtudes cardinales, como la prudencia, el valor, la templanza y la justicia, permite alcanzar la independencia conforme el espíritu del lema de los estoicos, “Aguanta y renuncia”. De ahí, que la palabra estoico haya llegado a significar fortaleza frente a la dificultad.

14. Resume las principales ideas de la ética estoica.

15. Menciona los puntos a favor y en contra que, según tu opinión, tienes de la ética de los estoicos. Explica.

ESCUELAS GRECO-ROMANAS DE ÉTICA: EPICUREÍSMO

En los siglos IV y III a.C., el filósofo griego Epicuro desarrolló un sistema de pensamiento, más tarde llamado epicureísmo, que identificaba la bondad más elevada con el placer, sobre todo el placer intelectual y, al igual que el estoicismo, abogó por una vida moderada, incluso ascética, dedicada a la contemplación. El principal exponente romano del epicureísmo fue el poeta y filósofo Lucrecio, cuyo poema De rerum natura (De la naturaleza de las cosas), escrito hacia la mitad del siglo I a.C., combinaba algunas ideas derivadas de las doctrinas cosmológicas del filósofo griego Demócrito con otras derivadas de la ética de Epicuro. Los epicúreos buscaban alcanzar el placer manteniendo un estado de serenidad, es decir, eliminando todas las preocupaciones de carácter emocional. Consideraban las creencias y prácticas religiosas perniciosas porque preocupaban al individuo con pensamientos perturbadores sobre la muerte y la incertidumbre de la vida después de ese tránsito. Los epicúreos mantenían también que es mejor posponer el placer inmediato con el objeto de alcanzar una satisfacción más segura y duradera en el futuro; por lo tanto, insistieron en que la vida buena lo es en cuanto se halla regulada por la autodisciplina.

16. Resume las principales ideas de la ética epicúrea.

17. Menciona los puntos a favor y en contra que, según tu opinión, tienes de la ética de los epicúreos. Explica.

18. ¿Qué temas discutió el apóstol Pablo con los estoicos y epicúreos de Atenas? Lee Hechos 17: 16 – 34. Explica.

ÉTICA CRISTIANA

Los modelos éticos de la edad clásica fueron aplicados a las clases dominantes, en especial en Grecia. Las mismas normas no se extendieron a los no griegos, que eran llamados barbaroi (bárbaros), un término que adquirió connotaciones peyorativas. En cuanto a los esclavos, la actitud hacia los mismos puede resumirse en la calificación de ‘herramientas vivas’ que le aplicó Aristóteles. En parte debido a estas razones, y una vez que decayeron las religiones paganas, las filosofías contemporáneas no consiguieron ningún refrendo popular y gran parte del atractivo del cristianismo se explica por la extensión de la ciudadanía moral a todos, incluso a los esclavos.

19. ¿Qué se entiende por ciudadanía moral?

El advenimiento del cristianismo marcó una revolución en la ética, al introducir una concepción religiosa de lo bueno en el pensamiento occidental. Según la idea cristiana una persona es dependiente por entero de Dios y no puede alcanzar la bondad por medio de la voluntad o de la inteligencia, sino tan sólo con la ayuda de la gracia de Dios. La primera idea ética cristiana descansa en la regla de oro: “Lo que quieras que los hombres te hagan a ti, házselo a ellos” (Mateo 7: 12); en el mandato de amar al prójimo como a uno mismo (Levítico 19: 18) e incluso a los enemigos (Mateo 5: 44), y en las palabras de Jesús: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mateo 22: 21). Jesús enseñaba que el principal significado de la ley judía descansa en el mandamiento “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas 10: 27).

20. ¿Por qué el cristianismo se convirtió en una revolución ética? Explica.

El cristianismo primigenio realzó como virtudes el ascetismo, el martirio, la fe, la misericordia, el perdón y el amor no erótico, entre otros, que los filósofos clásicos de Grecia y Roma apenas habían considerado importantes.


21. ¿Qué otras virtudes, según tu opinión, son realzadas por la ética cristiana?